Narcisa Hirsch es una de las figuras esenciales de la historia del cine experimental argentino y latinoamericano. Nacida en Alemania en 1928, aunque residente en Argentina desde su niñez, el nombre de Narcisa Hirsch permaneció demasiado tiempo en la sombra, fruto de una doble excentricidad: ser mujer, y hacer cine fuera de los espacios centrales en los que se ha construido la historia del experimental: Estados Unidos y Europa, principalmente.
Esta doble condición descentrada no le impidió sin embargo permanecer atenta a los movimientos mundiales del experimental y el videoarte, y su trabajo, personal, doméstico y místico al mismo tiempo, y con señas muy características, mantuvo relación con películas y nombres (que en muchos casos ni tan siquiera había podido ver) canónicos del videoarte y el experimental, pero evitando siempre la mímesis y reivindicando el cine como un espacio de libertad.
“La libertad de trabajar con muy poca plata es la libertad de no tener que vender, es la libertad de trabajar casera y artesanalmente, sin grandes equipos ni escenarios. Ni apremio de tiempo. Se hace un fotograma por día, o por año. Cada uno elige su tiempo y su espacio. Por eso y por todo lo demás, el cine experimental es un arte subversivo, más que el cine documental o político. Más subversivo que un cine intelectual o conceptual. Por eso hay pocos que van y menos aún que se quedan”. Narcisa Hirsch
Hirsch se inició en el arte como pintora y dibujante, en la década de los sesenta del pasado siglo, y pronto saltó al espacio público, realizando happenings en busca de un nuevo tipo de espectador. Comprendiendo el cine y la creación como un proceso colectivo de trabajo y pensamiento, y desde el comienzo de su carrera, construyó una fuerte comunidad en torno a su práctica cinematográfica y artística, una red dispersa de artistas y cineastas experimentales que se reunían a través de la Unión de Cineastas de Paso Reducido (UNCIPAR), en torno al Instituto Goethe y al Instituto Di Tella, y que en sus orígenes incluían a nombres como Marie Louise Alemann, Claudio Caldini, Jorge Honik, Juan José Mugni, Horacio Vallereggio y Juan Villola, que resultan esenciales en la formación de la escena independiente y experimental argentina. Una red y una concepción fuerte de lo colectivo que se prolonga hasta hoy en día, cuando, a sus más de noventa años de edad, Hirsch mantiene encuentros semanales (físicos antes de la pandemia, y por vías telemáticas ahora) con una extensa red de jóvenes cineastas y amantes del cine experimental que se cobijan bajo su figura.
Esta retrospectiva de tres sesiones recoge algunas de las películas esenciales de su obra fílmica (pionera en muchas cosas, la obra de Narcisa incluye también instalaciones, grafitis, o performances) realizadas a partir de los años setenta, elegidas en diálogo con la propia cineasta, como una forma de presentar un trabajo que pone el foco en cuestiones espirituales y existenciales, el amor, el nacimiento, la muerte, el erotismo y el poder femenino tomando como eje la materialidad del cuerpo. En la obra de Narcisa Hirsch los paisajes domésticos, interiores y exteriores, de Buenos Aires y de la Patagonia, funcionan como una extensión de una exploración a la vez formal y personal: el cuerpo, lo eterno, lo interior, lo exterior, lo que se mueve, lo que permanece, lo íntimo y lo colectivo.
Cecilia Barrionuevo
Sesión 1. Primeros pasos (filmar la performance)
MARABUNTA
Narcisa Hirsch. / 7’55’’ / 1967 / Argentina
MUÑECOS/HAVE A BABY
Narcisa Hirsch. / 15’31’’ / 1972 / Argentina, Estados Unidos y Reino Unido
MANZANAS
Narcisa Hirsch. / 4’ / 1973 / Argentina
LA NOCHE BENGALÍ
Narcisa Hirsch y Werner Nekes. / 6’30’’ / 1980 / Argentina
TESTAMENTO Y VIDA INTERIOR
Narcisa Hirsch / 10’38’’ / 1976 / Argentina
RETRATO DE UNA ARTISTA COMO SER HUMANO
Narcisa Hirsch / 15’51’’ / 1973/ Argentina
Las primeras incursiones de Narcisa Hirsch en el cine vienen a partir del registro filmado de sus performances y happenings en la vía pública. Acciones colectivas, registradas primero en 8 o 16mm, y posteriormente en video, en los que Narcisa y el grupo de artistas con los que trabajaba buscaban una relación distinta, más directa, con un espectador encontrado por azar. En estos primeros trabajos ya están los temas y preocupaciones que Hirsch desarrollaría en su obra puramente cinematográfica: el misterio del nacimiento y la muerte, o la relación con la naturaleza.
Sesión 2. Paisaje y experiencia
RUMI
Narcisa Hirsch. / 27’ / 1995-1999 / Argentina
A-DIOS
Narcisa Hirsch. / 22’ / 1989 / Argentina
PATAGONIA 2
Narcisa Hirsch. / 9’56’ / 1976 / Argentina
En el cine de Narcisa Hirsch, la Patagonia juega un papel esencial y preponderante, como un espacio de encuentro natural, de comunión entre el cuerpo y lo eterno, de diálogo entre lo íntimo y lo inmenso. Esta tercera sesión del ciclo se atraviesa así por algunas de las películas en las que Narcisa Hirsch explora los paisajes patagónicos, y desarrolla su relación con ellos.
Sesión 3. Experimentos con el experimental
TALLER
Narcisa Hirsch. / 10’ / 1971 / Argentina
COME OUT
Narcisa Hirsch / 11’ / 1971 / Argentina
AMA-ZONA
Narcisa Hirsch. / 10’38’’ / 1983 / Argentina
CANCIONES NAPOLITANAS
Narcisa Hirsch. / 10’ / 1971/ Argentina
ALEPH
Narcisa Hirsch. / 1’ / 2005/ Argentina
MYST
Narcisa Hirsch. / 15’ / 2019/ Argentina
El segundo programa muestra de forma más clara las relaciones del trabajo de Narcisa Hirsch con muchas de las ideas o corrientes del cine experimental: desde el cine estructural a un cine más sensorial o poético, pasando por la abstracción, en estos trabajos Hirsch explora los diversos caminos del experimental, haciéndolos suyos y acercándolos siempre a los temas que le son propios: el cuerpo femenino, la tradición argentina, el paisaje, la naturaleza.
*Este programa no podría haber sido realizado sin el apoyo inestimable la “Filmoteca Narcisa Hirsch”, a cargo de Daniela Muttis y Tomas Rautenstrauch