Un hombre vuelve de la guerra vencido al hogar. Es el fin de las batallas y de las ideologías. Esta película constituye su homenaje explícito a los hombres, a quienes dedica la película (junto con Carl Jung). “El héroe siempre tiene una misión, y la mujer-artista muestra su fracaso, su caída, filmándolo y acompañándolo en su difícil avance con muletas. Ella mira ese fracaso con lástima pero su mirada le da al guerrero, incluso en su caída, una forma de reivindicarse: llegar a su lugar de descanso por sus propios medios. El guerrero siempre puede (y debe) reivindicarse a sí mismo. La mirada femenina es compasiva y de esta compasión nace la admiración”.
“La libertad de trabajar con muy poca plata es la libertad de no tener que vender, es la libertad de trabajar casera y artesanalmente, sin grandes equipos ni escenarios. Ni apremio de tiempo. Se hace un fotograma por día, o por año. Cada uno elige su tiempo y su espacio. Por eso y por todo lo demás, el cine experimental es un arte subversivo, más que el cine documental o político. Más subversivo que un cine intelectual o conceptual. Por eso hay pocos que van y menos aún que se quedan”. Narcisa Hirsch