El sembrador de estrellas

El cine de Lois Patiño siempre se ha ocupado de trazar limbos, esos característicos espacios fílmicos detenidos entre el sueño y la vigilia, la tradición y la modernidad. Quizá su trabajo más lírico, El sembrador de estrellas viaja a la noche de Tokio para superponer estampas y remitirnos a un espacio igualmente indefinible, cuyo juego de neones y centelleos que se van desdibujando remite a múltiples imaginarios, pero termina revelándose hondamente personal. Entre voces en off y citas literarias, Patiño consigue un reto doble: dibujar con soltura los contornos de lo irreal, y hacerlo además en una cultura como la asiática, novedosa en su filmografía. (SdB)