La terminal

Gustavo Fontán nos introduce en la fugacidad o perpetuidad del amor a través de breves revelaciones documentadas en la terminal de la ciudad cordobesa de La Falda, en Argentina. Sin entrevistas directas, susurran al espectador las experiencias amorosas en off, configurando así un poema fílmico de luces y sombras. Quienes llegan o parten en los micros interurbanos son, fundamentalmente, trabajadores. Esperan. Van y vienen. Es un sitio de bienvenidas y despedidas, cada interacción deja sus huellas, espectros que el cine de Fontán logra inmortalizar. (IG)