Chienne de rouge

En 1999, un juicio por contaminación sanguínea sacudió Francia. Yamina Zoutat trabajaba como periodista cubriendo el caso, y sus jefes le ordenaron: “Nunca muestres la sangre”. Este largometraje es la revancha, una visceral celebración del líquido vital. La directora persigue su rastro cual sabueso, topándose con un hombre que transporta bolsas para transfusiones, una cirujana y una receptora. Fluidos propios y ajenos de glóbulos rojo profundo son la materia prima de la película. Arrebatadamente sincera, curativa y filántropa, Chienne de rouge se sitúa en las antípodas de lo vampírico, hasta erigirse en una de las experiencias cinematográficas más indómitas, orgánicas e inolvidables de tiempos recientes. (JHE)