Djibril Diop Mambéty + Mati Diop: Diferentes versiones del mismo sol

Djibril Diop Mambéty + Mati Diop

                                                                                                                                                             Foto Mati Diop: © Brigitte Lacombe

Casi al inicio de Mille Soleils (2013), de Mati Diop, Magaye Niang, el protagonista de la película, coge un taxi para atravesar Dakar. Por la ventanilla del pasajero, vemos el sol del final de la tarde justo por encima del mar, a punto de desaparecer en él, un círculo carmesí ante el cielo amarillo y el agua azul claro. A medida que el coche se adentra en el paisaje urbano, el sol sigue desapareciendo y reapareciendo, emergiendo de las sombras de las dunas, las gentes, las motocicletas y las palmeras una y otra vez, una nueva versión del sol cada vez que lo vemos. Hay incontables soles en la última película de Djibril Diop Mambéty, La Petite Vendeuse de Soleil (1999), los miles de ejemplares del periódico Le Soleil que venden en Dakar los niños de la calle, incluyendo a una recién llegada al oficio, una niña llamada Sili, que camina con una muleta y cuya determinación es estimulante, inspiradora incluso. El sol como información, el sol como sustento, el sol como vocación, una nueva versión del sol cada vez que pensamos en él. Conceptualizaciones diferentes, épocas diferentes, sensibilidades diferentes y, sin embargo, es el mismo sol, una de las muchas imágenes polivalentes, fragmentos de realidad innegable, u objetos aparentemente fijos que estos directores emparentados, aunque muy diferentes, son capaces de trazar en nuevas formas a voluntad.

La relación más evidente entre Djibril Diop Mambéty y Mati Diop es que son familia. Ella es su sobrina, y el padre de ella, el músico Wasis Diop, aportó la banda sonora a las películas de su hermano Touki Bouki (1973) y Hyènes (1992). Mati Diop incluso analiza este vínculo, el legado de su tío y por extensión el efecto sobre su propia filmografía en Mille Soleils, que devuelve a Magaye Niang, protagonista de Touki Bouki, a las calles de Dakar, donde casualmente tiene lugar la proyección de este clásico del cine, cuarenta años después de que las recorriera por primera vez. A partir de este punto de intersección evidente entre dos épocas del cine y dos carreras cinematográficas, el ciclo “Djibril Diop Mambéty y Mati Diop: diferentes versiones del mismo sol” invita al público de Madrid a descubrir la obra de un maestro africano a través de una joven con talento todavía al inicio de su carrera, y viceversa. Además de las relaciones familiares, un fuerte interés por la ciudad de Dakar, sus calles, su atmósfera, sus colores, su luz, sus patrones, sus esperanzas y sus anhelos, forma otra línea de parentesco entre ambas filmografías, incluso aunque las películas de Mati Diop apenas hayan pasado por Senegal. De hecho, si bien se pueden hallar ciertas similitudes sutiles y ecos entre el trabajo del tío y la sobrina, sus diferencias son también evidentes, ya que cada uno creció en un continente distinto, recibieron una formación diferente y realizaron sus películas en contextos que no pueden ser más distintos, ya sea en lo referido a las condiciones de producción, a los medios de rodaje disponibles en sus respectivas zonas, la postura del cine por lo que respecta a su historia y a los hábitos de consumo o el entorno político de la realidad exterior, que inspira a ambos considerablemente en su trabajo.

Djibril Diop Mambéty nació en 1945 en Colobane (Senegal), una ciudad que más tarde sería el escenario de Hyènes y que hoy se encuentra en la periferia de la ciudad de Dakar. Estudió interpretación y trabajó en teatro antes de realizar su primera película, el cortometraje Contras’ City (1969), cuando contaba 24 años y sin tener formación cinematográfica alguna. Le siguió otro cortometraje, Badou Boy (1970), antes de su primer largometraje Touki Bouki, una historia que recibe influencias de la Nouvelle-Vague, que trata sobre una pareja joven y moderna de Dakar a la fuga porque sueña con Europa, y que desde entonces ha sido aclamada como una de las mejores películas africanas de todos los tiempos. A pesar del éxito de la película, incluyendo un estreno con gran esfuerzo en la Quincena de los Realizadores de Cannes, pasaron casi veinte años antes de que Diop Mambéty realizara otro largometraje, y solo el cortometraje Parlons grand-mère (1989) le sirvió como paliativo. Hyènes, una astuta y devastadora adaptación de La visita de la anciana dama de Friedrich Dürrenmatt, que inyecta las ambivalencias del consumismo, el Banco Mundial y las realidades africanas poscoloniales en la obra clásica suiza, también fue recibida con entusiasmo y pareció inaugurar una nueva etapa en la carrera de Diop Mambéty.

Sin embargo, su proyecto de trilogía de mediometrajes sobre “las personas de la calle”, las “únicas personas verdaderas, constantes y sencillas del mundo, para las que cada mañana se plantea la misma cuestión (cómo mantener lo que es esencial para sí mismos”, tal y como él lo describía), no pudo completarse. Después de Le Franc (1994), una astuta comedia fragmentada sobre las vicisitudes de un ganador de lotería para conseguir su premio, Diop Mambéty tuvo una muerte prematura a los 53 años, en París, mientras editaba La Petite Vendeuse de Soleil, una obra alegre de profundo humanismo que prometía un nuevo giro en una carrera truncada. Aunque los elementos de todas sus películas tienen su origen en diferentes partes del canon del cine occidental, Diop Mambéty se centró mucho en reconfigurarlas para el entorno africano y crear un cine propio, lo que puede ser una de las razones de la duradera repercusión de su obra. En sus propias palabras: “Hay que elegir entre dedicarse a la investigación estilística o al mero registro de los hechos. En mi opinión, un cineasta debe ir más allá del registro de los hechos. Además, creo que los africanos, en particular, deben reinventar el cine. Será una ardua tarea porque nuestro público está acostumbrado a un lenguaje cinematográfico concreto, pero hay que tomar una decisión: o se es muy popular y se habla a la gente de manera llana y sencilla, o se busca un lenguaje cinematográfico africano que excluya el parloteo y se centre más en aprovechar lo visual y lo sonoro”.

Mati Diop nació en París en 1982 y, al principio, destacó como actriz. Debutó en la gran pantalla en 35 Shots of Rum, de Claire Denis. Tras algunos trabajos de vídeo autofinanciados, entró en la escuela Le Fresnoy y allí completó su primer cortometraje, Atlantiques (2009), que ganó el Tiger Award en el Festival Internacional de Cine de Róterdam. Centrado en un grupo de jóvenes senegaleses que hablan sobre sus esperanzas de cruzar el mar en busca de una vida mejor y que expresan su deseo de un cambio, este sólido debut ya muestra una de las constantes que recorren toda la obra de Diop, incluyendo la mencionada Mille Soleils y Big in Vietnam (2011): la situación política de los que no suelen tener voz, los destinos y sentimientos de los personajes en tránsito (dictado por la economía), los mecanismos de su deseo y el modo en que sus identidades son conformadas por ese estado de tránsito. Su cine es un cine en constante movimiento, ya sea físico, emocional, incluso fantástico o imaginario. Entre el documental y la ficción, lo concreto y lo espectral, las películas de Diop captan siempre un estado particular de fragilidad, el ocaso del sol que se pone, esperando que nazca otro.

Su celebrado primer largometraje, Atlantique (2019), que se solapa en cierta manera con su anterior cortometraje de título similar, que fue proyectado en Cannes y que se alzó con el Gran Premio, continúa esta tendencia, aunque sobre un lienzo más grande, aumentado con el suspense y el misterio de una historia de fantasmas. La continua necesidad de hablar de Mati Diop por ser la primera mujer negra que ha sido nominada a la Palma de Oro sugiere, por desgracia, que las cosas no han cambiado mucho desde la época de su tío en cuanto a la visibilidad del cine hecho por personas negras se refiere. El éxito de la película en la Croisette y su posterior venta mediática a Netflix han hecho que el siguiente paso en la carrera de Diop sea aún más esperado, por lo que nos enorgullece presentar también en el cine, como parte de este ciclo, su trabajo más reciente, In My Room (2020). Realizada durante el confinamiento de París el año pasado, el cortometraje, acertadamente, sirve como reflexión sobre su propia práctica como cineasta, al tiempo que marca un regreso a la biografía familiar, esta vez en la forma de recuerdos por parte de su abuela.

James Lattimer y Gonzalo de Pedro Amatria

 

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Finalizado
106 2019
Mati Diop
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16 2009
Mati Diop
Finalizado
56 1970
Djibril Diop Mambéty
Finalizado
28 2011
Mati Diop
Finalizado
Ciudad de contrastes
22 1969
Djibril Diop Mambéty
Finalizado
Hienas
110 1992
Djibril Diop Mambéty
Finalizado
20 2020
Mati Diop
Finalizado
45 1999
Djibril Diop Mambéty
Finalizado
46 1994
Djibril Diop Mambéty
Finalizado
5 2015
Manon Lutanie
Mati Diop
Finalizado
45 2013
Mati Diop
Finalizado
Hablemos, abuela
34 1988
Djibril Diop Mambéty
Finalizado
34 2012
Mati Diop
Finalizado
85 1973
Djibril Diop Mambéty