Ambientada en la cruda realidad de la región del sertón, la película de Marília Rocha, Aboio (2005), sorprende sobre todo por su tono de lamento onírico. Las imágenes en Super-8 y los primeros planos -que crean configuraciones visuales abstractas-, junto con la banda sonora, son decisivos para situar a Aboio fuera del campo del verismo cinematográfico y alejarlo del reportaje periodístico. Su estilo rompe con la tradición y establece un nuevo marco para el cine documental brasileño. Además, captura la práctica oral en extinción utilizada por los vaqueros que cantan mientras conducen al ganado por las veredas; a través de ese canto sin palabras -con su frase final de exhortación- el vaquero se comunica con la boyada, enviándola al pasto o al corral, entonando lo que José de Alencar llamó "himno sublime a la añoranza".
Eduardo Escorel
Montador y docente
- It’s All True. Festival Internacional de Cine Documental, São Paulo y Rio de Janeiro- Mejor película (2005)
- Quincena Documental del MoMA (2005)
- Festival Internacional de Cine Etnográfico de Rio de Janeiro – Mejor película (2005)
- CinePE – Mejor banda sonora y mejor sonido (2005)
- Festival de Cine Internacional de Karlovy Vary (2006)
- Encuentros Internacionales del Documental de Montreal (2006)
- Premio Sec-Sated, Minas Gerais – Mejor dirección y mejor película (2008)
- Visions du Réel: homenaje a Marília Rocha (2011)
Es una cineasta afincada en Belo Horizonte, Brasil. Ha dirigido las películas Aboio (2005), Acacio (2008), y A falta que me faz (2010). Sus obras han sido seleccionadas y premiadas en numerosos festivales de cine tanto en Brasil como a nivel internacional. Se han proyectado, asimismo, en museos como el MoMA (Estados Unidos), New Museum (Estados Unidos) y Musée d’ethnographie Neuchâtel (Suiza). En 2011, el festival Dockanema (Mozambique) realizó una retrospectiva de su obra y fue homenajeada en Visions du Réel (Suiza), que dedicó una muestra especial de sus películas.