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Lo que en el siglo XIX era un divertimento de los hijos de la burguesía tan sencillo como pegar recortes de periódicos, de revistas ilustradas o de anuncios publicitarios en álbumes conservados para el deleite de la mirada se convirtió a principios del siglo pasado, de la mano de Picasso y Braque, en una de las mayores fuentes de renovación artística. Sin embargo, Max Ernst pronto advirtió que “si las plumas hacen el plumaje, la cola no hace el collage”, y lo que había sido inventado como una práctica estrechamente vinculada a la pintura, pronto expandió su dimensión conceptual para dar cabida a otras prácticas artísticas y culturales como el cine. Este ciclo de vídeos, cuyo origen se encuentra en el volumen Piedra, papel y tijera: el collage en el cine documental que Documenta Madrid publicó el pasado año, propone un acercamiento a la terra incognita del collage documental, un universo irreverente y subversivo que a buen seguro animará a muchos a seguir indagando*. Sonia García López y Laura Gómez Vaquero (editoras de Piedra, papel y tijera: el collage en el cine documental) * Las citas que acompañan a los vídeos han sido extraídas de la publicación |
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